"No hay ensayos generales en la vida."

sábado, 6 de noviembre de 2010

Bunny.


Después de un eterno café a solas con mi conciencia, salí del bar; era Abril y el frío dejaba de ser tan cruel a días.Sólo me dio tiempo a doblar la esquina y allí había un precioso manto de pelo gris, pero de repente volviste tu cabeza hacia mi y... unos ojos verdes me atravesaron,
supongo que pedías ayuda como "felinamente" podías.
La situación era extraña, estabas debajo de un cajero, ajena al vaivén del gentío, pero nuestras miradas conectaron y nos empezamos a acercar muy despacito.
Tu pequeño cuerpo se frotaba contra mi mano y entonces vi el problema de tu cola, y simplemente supe que no te podías quedar ahí, te prometí que se acabó el sufrimiento, se que me habías estado esperando, pero yo te necesitaba más a ti, así que me salvaste tú y, después de todo creo que alguien más se alegró de conocerte.
Hoy, han pasado ocho meses e infinidad de cosas, pero ya no me imagino miles de cosas sin ti.
Adoro cómo vienes por las mañanas con esa energía a dar los buenos días, aunque a veces te pongas un poco pesada... También es gracioso estar siempre acompañada en la cocina, sólo en la cocina, ¿Porqué será?
Me hace muy feliz que te vengas en las siestas conmigo al sofá y busques una parte de mi para apoyar tu cabeza.
Me derrite la vocecita que pones cuando quieres mimos y me encanta que te de la luz del sol de lleno en la cara para contemplar ese campo de hierba que tienes por ojos.
Y, para que negarlo... me río un montón con tus sirocos, la forma en que saltas es extremadamente graciosa.
También se que siempre vas a tener ese tamaño tan pequeño por que hay que cuidarte un montón... y te prometo que lo haremos Princesa.
Siempre Bunny Rules, o para tus abuelos, Misita.

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