Penas, delirios y contradicciones bajo Canción de Cuna.

Una vez más, para siempre. Mismos cielos,

distintas horas, en un túnel que evoca sombras,

del pasado y del presente, de días reminiscentes.

Fantasmas con disfraz, de malos sueños controlados,

se tornan en pequeñas cárceles, bajo este cielo estrellado.

Me vi ya tantas veces, volar con los ojos cerrados,

si no supiera este camino, nunca te habría extrañado.

El mismo salto al vacio, la misma espera de Mayo.

que termine ya esta sequía, que otra vez nos ha golpeado.

Amanece y se va el gris, del cielo aún metalizado,

el sol se resiste a salir, las estrellas se han adueñado,

de un tiempo que no es el suyo, de un trono ya desgastado,

dejadme dormir estrellas, que aún la noche no ha empezado.

No espera por nadie, la vida...

Las flores de los almendros ya están maduras, y ni siquiera te diste cuenta de verlas nacer... el paso lento y desigual que te conduce por algunas calles, con alma de fantasma y acento encorvado, a veces, te evade de todo, a veces...

A veces piensas, no hay nadie, y cuando hay; (...) piensas... no quiero.

Nadie entiende las palabras que pronuncia tu mente, pero sí las que emiten tus labios, cansados de mentir, y tus ojos, exhaustos de fingir... le echas siempre la culpa a las lentes.

A cada paso, cada palabra, cada cuesta que subes sola... te das cuenta.

Escapadas por la ventana

Allí se quedó colgada, ensimismada, mirando las horas pasar...

Decía que la luz del sol no le sentaba bien porque atravesaba violentamente sus párpados pálidos, casi translúcidos, cuando intentaba no pensar, por lo que mantenía sólo una luz tenue, lo justo para distinguir siluetas.

A veces se perdía en cualquier parte durante bastantes minutos, pensando todo el rato en que no quería pensar, huyendo de lo que sabía le estaba persiguiendo y pronto le alcanzaría, pero todavía no, decía... aún no.

Mierda. Lo he vuelto a hacer...

Círculos de fuego y nieve

Volátiles susurros le soplabas a mi oído en las noches inacabadas, y lo has vuelto a hacer. Volvemos a los ratos de reloj incomprendido, al sudor frío en las manos, al miedo a encontrarnos.

Hasta los poros de mi piel escupen fuego cuando de hablar se trata, de lanzar palabras como balas; rápidas, ardientes, mortales.

Mi cama sólo conoce noches gélidas, a pesar de que mayo ya amenaza, en mi cabeza siempre será diciembre.

Un olor a ausencia me invade, en esta extraña tarde...

Sueños de escape

Todo en esta vida es basura,

menos los besos que no se dan,

los que aún se pueden reciclar.

Llévame al Jardín de tus delicias,

donde nadie tiene prisa,

donde se pueden grabar los sueños,

donde los locos somos dueños.

En esta escala de grises,

en este daltonismo,

en cada tiznar de negro,

siempre vienes conmigo.

Los gatos también tienen miedo.

Angustia... pero sólo se debería quedar ahí, sin embargo ha rebasado mis bordes, y se escurre por mis enaguas.

No pasa día sin que, me pregunte si perdimos esta batalla, pero te sonrío todo el tiempo.

A veces siento como estos edificios se vienen encima, los caminos se me hacen interminables y aburridos, necesito una razón para caminar.

Esta mañana es otra de mis noches.

Albaicín.

Veía sus pasos alejarse, volver correteando hacía mi, y deslizar sus dedos por la roca erosionada de aquel puente, al fondo, parecía que habíamos retrocedido 800 años en la historia.

La paz de aquellos instantes se colaba entre mis venas llegando hasta mis pulmones, dando nuevos aires de esperanza dentro de mi.

Aquellos paisajes nos llenaban de tranquilidad, y alguna vez, les vi espiándonos entre las luces amarillas de aquellos muros infinitos, asomándose por la diminutas ventanas, mientras el agua camuflaba el sonido de nuestros besos.

Sombras

O eso creía ver, tal vez confundida por esa neblina blanca, a la que hace tanto dijo adiós... "Volvemos a encontrarnos..." pensó ella, confundida, desorientada.

Tenía la esperanza de que tal vez, el caos, fuera sólo cuestión de días, pero algo permanecía en su interior, un sentimiento de angustia germinaba en sus entrañas, lo sentía extenderse por su sangre, y paralizar sus huesos.

Oh... que difícil es darse cuenta de que estamos en el fondo del agujero, cuando el hoyo no lo ha cavado sino uno mismo.

A veces se le cortaba la respiración; ¡Ay...! Las malas costumbres a las que nos aferramos...

Horas muertas, días fallecidos.

Es un "no puede ser" cuando ya ha sido,

un "no por favor" cuando ya lo has pedido,

un "¿Y ahora qué hago?" cuando todo está hecho,

un "tierra trágame" para ser visto y no visto.

Un montón de flores marchitas,

una mezcla de humo y asfixia,

cuatro paredes estrechas,

una boca que no grita.

Las duchas con lágrimas no sientan bien...

Closed Eyes

Ya no me perturbas (tanto), ya no me destrozas (siempre), ya no me haces llorar (todo el tiempo).

Sé que puedes ver lo que está pasando, vives con los ojos cerrados para no ver como me desgarro la piel, para no ver como mi rostro ha ido envejeciendo con cada una de tus frías palabras, para no ver cada uno de mis esfuerzos en vano por levantarme.

Puedes seguir en tu mundo estático mientras mi reloj de lágrimas sigue apurando, pero se acerca sequía, y una vez más, tú no vas a cambiar nada.