Me miro, pero no me veo. Me oigo, pero no me escucho. No sé quien era...sé quien no soy.
Paso las horas recordando, vivo en mi túnel de recuerdos, atrapada en el bucle circular que forman las agujas del reloj.
Empecé a llorar a oscuras, ahora, a plena luz del día.
Me odio la mayor parte del tiempo, no me machaco constantemente, he descubierto la auto compasión.
Todo está manchado de rímel, hasta los besos que me das.
Quizás lo mejor que te he leído.
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