Te lo has llevado todo contigo. Sostienes la antorcha que me está quemando la piel, mientras la esperanza, se desangra a cada segundo. Llego a pensar que piensas en mi, pero vuelvo pronto a la realidad.
Las paredes de esta habitación crujen, cansadas de soportar el peso de mi silencio, de tapar mis gritos sordos.
Las noches enfrían mis ideas y a ratos puedo dormir, te pienso y cada vez, más transparente, vas tomando la imagen distorsionada de un fantasma, uno más de los que rondan por aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario