Después de ver el sol

Ahogos en un vaso de agua, desesperación y fluye la pena, la escala de grises reina en el paisaje, y también en el corazón.

Todo el mundo quiere una tregüa, todo el mundo pide una tregüa, y cuando llega piensas...no todo es tan malo, y durante un tiempo variable, dejas de ser daltónico/a, para volver a ver, por primera vez en mucho tiempo, algunos maravillosos tintes de esta vida.

Pero, dios...es tan díficil acostumbrarse de nuevo a esas circunstancias, cuando todo vuelve a ser como antes....

Una lágrima no va a liberar el dolor, un grito ahogado no va a calmar la ansiedad, apretar contra algo no va a sacar la rabia, pocas veces un acto reflejo provocado por la desesperación podrá solucionar algo.

Cuando las rmas del camino vuelven a cortarte el paso, cuando las espesas copas de los árboles vuelven a no filtrar la luz, cuando el camino es tan rocoso que vuelves a morir de sed, cuando la montaña imposible vuelve a elevarse ante ti, como el humo...

Vuelves a pararte,

vuelta al stand by,

vuelta a las miradas al vacío,

vuelta a la creación mental del mundo idílico,

vuelta a la imperiosa necesidad de ser tragado hasta lo más profundo de la tierra..

Vuelta a Sad Avenue.

Vuelve a caer.