Otras veces nos encontramos el caso...de que la tristeza se alarga días...y días, lo que era un pequeño factor se ha convertido en el monotema de tus horas, si es así te encuentras en la fase estancamiento, la calle por donde ibas caminando parece haberse vuelto interminable, no te has caido, pero no encuentras razones para seguir andando, simplemente te has sentado, esperando no sabes exactamente el qué, pero allí te encuentras, sentado en las frías baldosas con la mirada fijada en ninguna parte.
La frustración que produce el olvidar los demás factores no tiene nombre, ahora se añade el problema de que piensas que eres una persona egoísta por no valorar lo que tienes, y todo es simplemente es un círculo vicioso en el que cada vez tienes menos ganas de levantarte.
Pero de pronto aparece la más insignificante razón que te hace sonreir como nada te levantas y sin más, comienzas a caminar otra vez... iróncamente ese algo no tiene nada que ver con lo que atormentaba hace días, pero consigue un primer puesto en tu escala y tu problema desparece, esto lleva a pensar que...
¿No será que necesitamos una razón todos los días para sonreír...y será la ausencia de esta un motivo para entristecer...?
Suerte si te encuentras en Sad Avenue, y ante todo, bienvenido...
Jul.
Yo te digo muchas veces que siempre hay un motivo para sonreír, siempre, por nimio que sea, sólo hay que buscarlo bien.
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